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27 “Pero, ¿es verdad que Dios ha de habitar sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos este templo que he edificado! 28 Sin embargo, oh SEÑOR, Dios mío, vuélvete hacia la oración y la plegaria de tu siervo, para oír el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti. 29 Estén abiertos tus ojos de noche y de día hacia este templo, hacia el lugar del cual has dicho: ‘Allí estará mi nombre’, para escuchar la oración que tu siervo haga hacia este lugar.

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